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De mercados y abuelas.
- 21/02/2018
- Publicado por: Rafa Diez
- Categoría: Alimentación Sin categorizar
Si de comer real se trata, creo que uno de los mayores problemas que existe es que no sabemos comprar.
De igual manera que nos preocupamos por el telefono móvil que comprarnos, donde lo adquirimos y en que condiciones, deberíamos preocuparnos y mucho en donde adquirir nuestros alimentos.
Ahí es donde nuestras abuelas nos ganaban por mayoría. ¿Dónde compraban ellas? Mayoritariamente en el mercado.
A ellas les gustaba mirarle a los ojos a la pescadilla… y al pescadero.
Necesitaban entablar una relación de confianza con los tenderos, necesitaban saber de primera mano que productos estaban en su mejor momento, exigían alimentos de calidad al mejor precio, les gustaba el producto de temporada, las molaba probar una picota antes de comprarlas, no se cortaban un pelo si tenían que echarle la bronca al carnicero por que los filetes de la semana pasada estaban duros.
Pero sobre todo nuestras abuelas iban al mercado porque adoraban los productos frescos.
Nada de comida de cartón de esa que encuentras hoy en día en los larguísimos pasillos de las grandes superficies.
Nada de porquerías que puedes almacenar en el armario de la cocina durante meses sin que se caduquen.
Nada de comida con colores extraños.
Nada de comida que no huele a lo que tiene que oler.
Nada de comida que no sabe a lo que tiene que saber.
Nada de comida muerta, comida viva, de esa que evoluciona en la nevera de manera natural.
Ellas no creían en lo que les decía la tele, ellas creían en lo que las había enseñado su madre, sabiduría de esa que se transfiere de generación en generación.
Como sabían las abuelas. Que si remojar las legumbres, que si no quemar el aceite… Unas máquinas.
Por eso, estén donde estén nuestras abuelas, fliparán bastante cuando vean a sus nietos y nietas, cargar el carro de semejante montón de mierda de colores.
Si, por que el carro tipo que te encuentras en la cola de uno de estos establecimientos es como una gran feria, una piñata con ruedas, lleno de cajas de colores, veneno camuflado detrás de la cara de Hello Kitty. Vamos una broma de mal gusto.
Y una cosa os voy a decir, comer, alimentarnos, no es ninguna broma, es una cosa muy seria.
Autor:Rafa Diez - R10 Entrenamiento Natural
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